“Siempre me ha parecido extraño que una enfermedad traiga beneficios a tu vida”

Para muchos tener diabetes es un problema casi “terrible”. Son muchos los mitos que existen sobre esta condición de salud. Sin embargo, gracias a la historia de Patricio, un joven actor quien a sus cortos 12 años se enteró que era insulino dependiente, podemos conocer su lado positivo.

Corría el año 2001 y la vida de Patricio Vargas era como la de cualquier niño de 12 años. En la semana se levantaba temprano para ir al colegio, gozaba jugando con sus amigos y disfrutaba comiendo golosinas.

Todo marchaba bien en su vida hasta que un buen día, y de manera muy repentina, Patricio comenzó a presentar extraños síntomas en su cuerpo: una sed terrible y unas constantes ganas de ir al baño interrumpieron su cotidianidad. Tanto él como sus padres pensaron que se trataba de algo pasajero y no le dieron mayor importancia. Sin embargo, su situación comenzó a agravarse y llegaron los vómitos, los mareos y una intolerancia a cualquier tipo de alimentos. Una noche, sus malestares llegaron a un punto tan crítico que todo se fue a negro y Patricio cayó desmayado.

Despertar como diabético

Pato, hoy de 26 años, no recuerda del todo la noche en que perdió la consciencia. Ni siquiera sabe si la perdió totalmente. Lo que si recuerda con total claridad fue haber despertado en la cama de un hospital, rodeado de artefactos médicos y acompañado por su padres. Ahí supo que sus niveles de azúcar en la sangre se habían elevado más allá de lo común, produciéndole una hiperglucemia que pudo haber acabado con su vida.

Cuando el médico le diagnosticó diabetes tipo1, Patricio y su familia se llenaron de incertidumbres. No sabían absolutamente nada de la enfermedad ni de los pasos que debían seguir para evitar otro cuadro hiperglucémico.

Pasó el tiempo y todo ese miedo se fue desvaneciendo a medida que aprendían sobre la diabetes. La actitud positiva que su familia mantuvo en todo momento, recordándole que todo estaba bien y que su enfermedad era algo prácticamente anecdótico, sirvió para que desarrollara su vida con total normalidad.

Claro que esa normalidad se vio alterada por nuevos ritmos de vida, mayor rigurosidad con las comidas, dietas especiales y cuidados específicos. Pese a todo, Patricio, conservando ese optimismo que heredó de sus padres, considera su diabetes como algo positivo.

-¿Qué cambios produjo la diabetes en tu vida?

A ratos es realmente un cacho ser diabético por todo eso de las dosis de insulina. La constante vigilancia que se debe tener con el índice glicémico y la alimentación. Pero todos esos cambios que se ven como un problema fueron, al mismo tiempo, beneficiosos. Esto porque tuve mayor conciencia de muchas cosas que hasta entonces no le había tomado el peso, como por ejemplo, las cantidades de azúcar que consumía previo al diagnóstico y el tipo de dieta que llevaba. Siempre me ha parecido extraño que una enfermedad te traiga beneficios a tu vida, aunque sea de manera forzada. Para mí así ha sido la diabetes.

¿Cómo fue vivir una adolescencia con diabetes?

La verdad es que la diabetes fue un elemento irrelevante para mi adolescencia. Viví una adolescencia absolutamente normal. Común y corriente, igual a toda la gente de mi edad que me rodeaba, compañeros de colegio, familiares, amigos y amigas. Lo que sí fue distinto, es que bajé mucho de peso y eso fue muy oportuno para mi salud en esa época.

-¿Todo era absolutamente igual?

Sí, todo. Salvo que tenía que monitorear los índices de glicemia en mi sangre todos los días e inyectarme insulina. Lo que a ratos era algo tedioso, pero con el paso del tiempo se convirtió en una costumbre como cualquier otra. Tuve una adolescencia muy feliz y provechosa, creo.

– ¿Te consideras un ejemplo para otras personas que tienen diabetes?

Quizás no soy un diabético ejemplar en esta era. Soy bueno para salir con mis amigos a distintos lugares, panoramas y carretes. Pero soy como cualquier ser humano con un criterio formado. Lo que sí me parece importante, es saber cómo reacciona tu cuerpo y qué pasos debes seguir a continuación. Hay que saber observar y tomar nota, todos los cuerpos son diferentes y uno mismo se conoce mejor que nadie, en ese sentido vivo mi vida con total normalidad.

-¿Qué cambios produjo en tu dieta?

Mis dietas fueron muy rigurosas en un comienzo, pero mientras más aprendía acerca de cómo reaccionaba mi cuerpo frente a cierto tipo de alimentos, y de cómo tenía que administrar mis dosis de insulina, mayores libertades me tomaba. Muchas veces los doctores no son muy empáticos con las dietas que sugieren, a ratos son muy estrictos como para hacerles caso al pie de la letra.

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Impensado para muchos pero una realidad para Patricio, un evento que comenzó como negativo en su vida, y que incluso la puso en riesgo, hoy es algo completamente positivo. Gracias a su propia constancia, esfuerzo y las ganas de salir adelante y de vivir de manera simple, Pato puede decir con orgullo que la diabetes no se interpone entre él y la vida que quiere tener.

¿Qué consejo le darías a jóvenes que tienen diabetes  y no lo toman de manera muy positiva?

Les diría que le bajaran la importancia y que no es lo mismo tener diabetes ahora que haberla tenido a principios del siglo pasado, en donde no había insumos y en donde la mayoría de los alimentos envasados tenían azúcar. Antes tener diabetes era terminal, ahora solo uno llega a ese punto si es que se tiene un mal tratamiento, y en realidad no hay razones para ir por ese camino. Les diría que pueden vivir su vida muy normal como cualquier otra persona. Como dije antes, no es nada terrible, siempre y cuando tomen todo con mucha responsabilidad y rigurosidad.

Foto: ©anyulled_via Flickr

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