Entrevistamos a Gighiola Andreoli H., nutricionista de la Universidad de Concepción, quien se desempeña atendiendo a pacientes con diabetes tipo 2 en el Políclinico de Endocrinología del Centro de Atención Ambulatoria, perteneciente al Hospital Clínico Regional de Concepción, y en el Centro Integral del Pie Diabético, DIAB.
El hecho de padecer diabetes no significa que no se pueda consumir ningún alimento dulce, ya que existen diferentes tipos de endulzantes, que varían según su aporte energético (kcal) u origen. Los primeros se clasifican en calóricos (nutritivos) y no calóricos (no nutritivos), mientras que los segundos en naturales y artificiales. Sin embargo, lo más importante es que los pacientes diabéticos tomen conocimiento profundo sobre aquellos endulzantes que pueden consumir en mayor cantidad, y aquellos cuya ingesta debe ser extremadamente controlada.
Lo primero es entender la diferencia entre los tipos de endulzantes que existen y los riesgos que suponen para las personas diabéticas. Aclaramos entonces que cuando hablamos de endulzantes calóricos o nutritivos, nos referimos a los que aportan valor energético al organismo. En este grupo encontramos principalmente a lazúcar, la chancaca, la miel, la fructosa, etc.
No obstante, también encontramos en este grupo a los Alcoholes de Azúcar (no contienen alcohol), un tipo de endulzante con menor aporte de kilocalorías (kcal) y menor capacidad para aumentar la glicemia (glucosa o azúcar en sangre). Este tipo de endulzantes generalmente los podemos identificar por la terminación en “ol”. Este tipo de endulzantes generalmente los podemos identificar por la terminación en “ol”. Ejemplos: eritritol, glicerol, isomaltulosa, lactitol, maltitol, manitol, sorbitol y xilitol.
Ahora bien, un dato no menor a considerar es que muchos productos que contienen Alcoholes de Azúcar, en su envase indican “libre de azúcar”, “diet”, o “sugar free” en inglés. Esto causa una gran confusión en las personas, quienes creen erróneamente que pueden consumir dicho producto sin ningún riesgo. En ese sentido, la especialista recalca que es sumamente importante que siempre se revise la información nutricional y no dejarse llevar por nombres o descripciones de fantasía contenidas en el envase. “Es muy importante que las personas revisen detalladamente el etiquetado nutricional y específicamente el descriptor nutricional que destaca la propiedad beneficiosa de un determinado tipo de alimento, y sólo así podremos saber si realmente contiene azúcar. Además, diet o ligth no significa que es libre de azúcar, ni libre de hidratos de carbono, ni libre de calorías y ni mucho menos de libre consumo”.
En el otro extremo encontramos los endulzantes no calóricos, los cuales se dividen, según su origen, en artificiales y naturales. En el primer grupo están los que conocemos como el aspartamo, acesulfamo K, ciclamato, sacarina, sucralosa, etc., y en el segundo, se posiciona el estevidol, o más conocido como Stevia.
En relación con las limitaciones que pudiesen existir frente a alguno de los endulzantes no calóricos, la experta asegura que “no hay un riesgo para la salud, mientras su consumo esté dentro de los niveles de ingesta diaria establecidos por las entidades reguladoras, tanto a nivel internacional como nacional”, expresó. Ya que según nos explica, existen diferentes estudios y contra estudios, que han puesto en tela de juicio tanto la efectividad, como los efectos contraproducentes que pudiesen ocasionar los endulzantes no calóricos a nuestro cuerpo.
En esa línea, Gighiola Andreoli sostiene que dichos organismos han establecido una dosis máxima de consumo diario denominada Ingesta Diaria Admisible (I.D.A), con la cual no se aprecia un riesgo para la salud. Ésta se expresa en milígramos por kilogramo de peso corporal (mg/kg). Esta información debe estar rotulada en todos los alimentos, tanto por porción de consumo habitual, como por cada 100 mg o ml del producto.
Un aspecto a considerar en relación con los endulzantes es el costo económico que éste pudiese significar para los pacientes, ya que la Stevia, pese a su efectividad y origen natural, el costo es más elevado frente a otro tipo de endulzantes no calóricos. “Por eso recomiendo la sucralosa a mis pacientes, ya que el factor económico no se puede dejar atrás, y destaco mucho su poder endulzante -600 veces más que el azúcar- y que su I.D.A sea bastante amplia”.
La clave para todo paciente diabético es, por un lado, estar en permanente contacto y apoyo de su médico y nutricionista, y por otro, seguir una dieta saludable y equilibrada, ya que tampoco se trata de consumir sólo alimentos con endulzantes sin calorías, puesto que nuestro cuerpo necesita la energía para funcionar. Por ello la especialista indica que la dieta de una persona con diabetes no es diferente al de una persona que come sano y se mantiene saludable; ésta debe basarse en carbohidratos de calidad, como cereales integrales (grano entero), frutas, verduras, lácteos descremados, legumbres y frutos secos, aclara.
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