En términos técnicos, se define caloría como la cantidad de energía calorífica necesaria para elevar la temperatura de un 1 gramo de agua pura en 1°C. Es decir, las calorías son la energía que aporta la alimentación a nuestro organismo. Si lo viéramos como si nuestro cuerpo fuese un auto, las calorías serían la bencina que hace que el motor de nuestro cuerpo nos lleve de un punto a otro.
La energía contenida en nuestros alimentos es liberada por las células al recibir los nutrientes resultantes de la digestión. Dicha energía, además de permitirnos movernos, mantener nuestra temperatura corporal y el funcionamiento de los órganos, produce desechos, entre ellos, radicales libres (responsables del envejecimientos), agua y anhídrido carbónico (CO2), que se elimina con la respiración. A este proceso se le conoce como oxidación.
Las personas sanas, con un peso adecuado, mantienen un equilibrio entre las calorías consumidas y la energía gastada, sin embargo, cuando este equilibrio se rompe y la balanza se inclina hacia un exceso de calorías, la energía que no se utiliza se almacena por todo nuestro cuerpo en forma de grasa. Mientras que cuando existe un déficit de calorías, el organismo busca energía en las grasas almacenadas, y cuando éstas se acaban, se empieza a consumir la masa muscular, afectando el correcto funcionamiento de los órganos.
La cantidad de energía (calorías) que necesita cada persona dependerá de su metabolismo, ya que así como existen los autos que rinden más con la misma cantidad de bencina, también están las personas que gastan más calorías por tener más masa muscular que las personas con menos músculos, entre otros factores.
Para saber la cantidad de calorías que debemos consumir como individuos, existen fórmulas matemáticas y un equipo llamado calorímetro. Una vez sabiendo las calorías que debemos consumir al día, podemos poner atención a la información nutricional de nuestros alimentos para así llevar una alimentación equilibrada y saludable.
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