Es muy importe que uno de los pilares de tratamiento de un paciente diabético sea la actividad física regular. El ejercicio tiene efectos inmediatos y a largo plazo sobre el control de la diabetes, porque cambia el metabolismo de la glucosa, regula la acción de la insulina y además baja los niveles de colesterol sanguíneo.
Al hacer ejercicio, el músculo inmediatamente puede empezar a usar la glucosa (azúcar de la sangre) como combustible para generar energía y esto reduce los niveles de glicemia que circulan en la sangre, haciendo que a largo plazo, el control de la diabetes sea mejor. Además, genera cambios en el músculo, que hacen que sea más eficiente en bajar la glucosa de la sangre, de manera permanente. Por otro lado, mejora los niveles de colesterol bueno en la sangre y baja los de colesterol malo, además de bajar los niveles de presión arterial, lo que reduce significativamente el riesgo de sufrir un infarto al corazón o un accidente cerebral vascular.
Se recomienda a los pacientes diabéticos hacer ejercicio aeróbico de intensidad moderada todos los días o máximo cada 2 días para completar un mínimo de 150 minutos semanales. Si el paciente no está acostumbrado a realizarlo debe someterse a una evaluación médica primero y luego la intensidad de la actividad debe ser progresiva, partiendo con ejercicios ligeros como caminatas.