Antes de hablar de los diferentes tipos de insulina que existen es importante entender que no todas las personas con diabetes terminarán utilizando insulina, siempre dependerá del tipo de diabetes, su avance y otros factores de salud.
Cuando una persona que padece diabetes llega a una instancia en la cual se debe administrar inyecciones de insulina, es porque su cuerpo ya no lo hace o bien no produce la cantidad necesaria para lograr mantener los niveles adecuado de glucosa.
A la administración de insulina de manera subcutánea se le denomina “insulinoterapia” o “tratamiento insulínico”.
Antes de conocer los diferentes tipos de insulina aclaremos lo siguiente:
¿Qué es la insulina?
La insulina es una hormona que tiene un papel muy importante en el proceso metabólico, es producida por el páncreas para ayudar a que la glucosa proveniente de los alimentos pueda entrar a las células y obtener energía para nuestro cuerpo. De esta manera, nuestro cuerpo puede obtener la energía necesaria para cumplir con diferentes tareas.
Una forma sencilla en que muchas personas entienden la insulina es como una llave que permite el paso de la glucosa de la sangre a las células del cuerpo.
Cuando una persona no tiene diabetes consume alimentos y la cantidad de insulina aumentará rápidamente para abrir el paso a la glucosa proveniente de los alimentos, pero en el caso de los diabéticos el páncreas no genera la insulina que necesitamos para procesar la glucosa, lo que resulta en que ésta queda en la sangre produciendo diferentes complicaciones.
¿Cuáles son los diferentes tipos de insulina?
En la actualidad existen diferentes tipos de insulina según su potencia y forma de actuar. El tipo de insulina y dosis que se administrara va depender de cómo estén los niveles de glicemia, tiempos de comida, tipo de alimentación y nivel de actividad física que realice.
Es muy importante entender que NO todas las personas con diabetes necesitan el uso de insulina, esto depende de diversos factores relacionados a tu estado de salud, por lo que nunca debes utilizar insulina que no haya sido directamente recomendada por tu médico tratante o especialista.

Por lo general la insulina se inyecta en el tejido graso que se encuentra debajo de la piel, también llamado tejido subcutáneo.
Si no sabes dónde inyectarte insulina haz clic aquí y aprende cuáles son las 4 principales zonas del cuerpo en que debes inyectarte tu dosis de insulina.
¿Qué son los análogos de insulina?
Durante los últimos años los científicos han desarrollado productos llamados «análogos de insulina» los cuales han sido diseñados genéticamente para remplazar la insulina humana utilizada por personas con diabetes u otras enfermedades.
Antiguamente la insulina se extraía del páncreas de res y de chancho, pero a principios de la década de los 80 comenzó a desarrollarse la tecnología para producir insulina humana sintética. Ahora el nuevo remplazo son los análogos de insulina.
Al igual que la insulina humana, los análogos de insulina se inyectan con una jeringa, un bolígrafo o a través de una bomba de insulina.
Este producto todavía no está recomendado para situaciones de embarazo, ya que no se ha comprobado su efectividad ni posibles complicaciones que pueda generar, por lo que antes de su utilización es recomendable consultarlo con un doctor.
Ante cualquier duda consulta a tu médico
Recuerda siempre seguir las instrucciones de tu médico sobre el tipo y dosis de insulina que utilizar, ya que una mala aplicación de ésta puede tener consecuencias para tu salud.
Es muy importante que no tomes decisiones sin haberte informado o consultado correctamente.
Si tienes diabetes, recuerda llevar un estilo de vida sano y aprender lo que más puedas sobre tu enfermedad. Esto te ayudará a tomar mejores decisiones sobre tu alimentación, cuidado físico y salud en general.
Como último consejos, siempre guarda tu insulina refrigerada, pero no ha temperaturas demasiado bajas, ya que cuando se encuentra demasiado fría su inyección puede ser más dolorosa.