¿Qué es la fructosa?
La fructosa es un monosacárido (la unidad más pequeña de un carbohidrato) presente en alimentos de forma natural, como lo son las frutas, verduras y miel. También podemos encontrarla en varios alimentos procesados y fabricados por las industrias que son etiquetados como “light”o “diet”, además de bebidas y néctares.
La ingesta de este monosacárido ha crecido exponencialmente en los últimos años, especialmente en forma de “jarabe de maíz de alta fructosa”, el cual es ampliamente utilizado por las empresas productoras de alimentos procesados debido a su gran poder edulcorante (capaz de dar sabor dulce). Este ingrediente es usado, además, para fabricar las bebidas gaseosas azucaradas que en países desarrollados, y en vías de desarrollo, son consumidas con frecuencia.
Un dato no menor es que Chile es el tercer país con mayor consumo de bebidas azucaradas en el mundo, siendo éste el tercer producto más importante de la canasta familiar.
Efectos negativos de la fructosa
Todos estos antecedentes, y el tipo de alimentación que estamos llevando como país, indican que nuestro consumo de fructosa es alto, el cual se asocia a efectos negativos para nuestra salud, como lo son:
- Hígado graso.
- Alteraciones a la sensibilidad de la insulina, disminuyendo su actividad en los receptores.
- Diabetes mellitus 2
- Mala absorción de fructosa: esto causa diversos síntomas como distensión abdominal (hinchazón), producción aumentada de gases y diarrea.
¿Cuál es la diferencia entre la fructosa que encontramos en alimentos naturales y la que encontramos en alimentos procesados?
Los alimentos como frutas, verduras y miel, que tienen fructosa en su forma natural, sólo nos aportan el 5% del total de las calorías que consumimos en el día (en una dieta de 2.000 calorías / día promedio). En contraste, los alimentos característicos de las dietas occidentales, como néctares, bebidas azucaradas, galletas y snacks, son los que nos aportan la mayor cantidad de fructosa, o «jarabe de maíz de alta fructosa», a nuestra dieta; por consiguiente son los culpables de los efectos negativos anteriormente descritos.
¿Qué dice la reglamentación en Chile?
Para desgracia del consumidor, la reglamentación en Chile del etiquetado nutricional NO obliga al productor a informar la cantidad de fructosa agregada a sus productos, sólo se incluye en la clasificación de «azúcares añadidos» pero sin especificar la cantidad de fructosa añadida.
Conclusión
Por todas las razones que hoy conocemos, es fundamental para el tratamiento de la diabetes, y de cualquier persona que persiga una dieta saludable, optar por alimentos frescos y naturales, para así asegurarnos de que la fructosa que estamos consumiendo NO provoque daños a largo plazo en nuestra salud.
Eso sí, existen algunas frutas que contienen más fructosa que otras, lo que se traduce en distintos niveles de glicemia después de haberlas ingerido. En un próximo artículo ahondaremos en ese tema para que aprendas a elegir las frutas que más te convienen al momento de controlar de tu diabetes.