Los riñones son dos órganos en forma de frijol, del tamaño de un puño, que ayudan a mantener la sangre limpia y químicamente equilibrada. Su mecánica, vista de manera general, funciona de la siguiente forma:
- La sangre con desechos entra al riñón.
- Dentro del riñón, se filtra la sangre y se la despoja de productos tóxicos y desechos.
- La sangre filtrada vuelve a circular limpia por nuestro organismo.
- Los deshechos y agua en exceso se convierten en orina y son llevados a la vejiga para posteriormente ser expulsados del cuerpo.
Cada día nuestros riñones procesan, dependiendo del peso de la persona, un aproximado de 190 litros de sangre para eliminar cerca de 2 litros de productos tóxicos y desechos a través de la orina.
¿Qué es la Nefropatía diabética?
Cuando los riñones se ven afectados por la diabetes, tal como ocurre con la retina, es porque las arterias que desembocan en él se ven alteradas. Cuando los niveles de glucosa se mantienen altos por mucho tiempo, las paredes de los capilares se engrosan, impidiendo que productos tóxicos de la sangre se filtren de manera correcta.
Cuando esto sucede, los riñones comienzan a funcionar mal, llegando a producirse cuadros de insuficiencia renal completa. Este problema es grave, ya que requiere tratamiento con diálisis (riñón artificial) o en el peor de los casos un transplante renal.
Factores que desencadenan nefropatía diabética
- Altas concentraciones de glucosa en la sangre por un prolongado período de tiempo.
- Hipertensión arterial no controlada.
- Infecciones urinarias reiteradas.
Síntomas
Al igual que la diabetes, la nefropatía diabética es una complicación silenciosa y no da síntomas hasta muy avanzada. Cuando alcanza fases críticas, puede provocar edemas, hinchazón de piernas o de la cara, retención de líquidos, gran cansancio, vómitos, entre otros.
¿Cómo detectarla?
Las personas que recién son diagnosticadas de diabetes, deben controlar la función del riñón. Esto se hace a través de un estudio para evaluar si el riñón está perdiendo proteínas. El estudio se llama «medición de microalbuminuria» y se debe efectuar una vez al año como mínimo. La albuminuria es una proteína que se encuentra en la orina. Dichas mediciones ayudan a evaluar el estado de funcionamiento de los riñones.
¿Se puede prevenir?
Si. Al igual que gran parte de las complicaciones de la diabetes, si los niveles de glicemia se mantienen bajo control, los riesgos de desarrollar insuficiencia renal disminuyen entre un 35% y un 56%.
¿Cómo tratar la nefropatía?
Si pese a todos los cuidados (o descuidos), se desarrolla un cuadro renal, existen medidas para evitar la progresión de la enfermedad:
- Comer menos proteínas (carnes, quesos, lácteos), ya que son una sobrecarga para el funcionamiento renal.
- Evitar factores que puedan estimular el desarrollo de nefropatía diabética, como hipertensión arterial y las infecciones urinarias.
- Mantener un estricto control de la tensión arterial, con valores bajo los 130/80.
- Medicamentos prescritos por el médico.
Nuestros riñones son vitales para mantener el equilibrio en la sangre. No esperes a tener los síntomas de nefropatía para consultar con tu médico. Hazte un chequeo en cuanto puedas. ¡Un abrazo!
Fuentes
- «Diabetes sin miedo. Aprender para no temer» del Dr. León E. Litwak. Del Hospital ediciones.
- Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU. http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/003591.htm
- National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases. http://www.niddk.nih.gov/health-information/informacion-de-la-salud/anatomia/los-rinones-y-como-funcionan/Pages/anatomia.aspx