¿Qué es la insulina?
La insulina es una hormona producida por un típico específico de células ubicadas en el páncreas, llamadas células beta.
El páncreas libera esta hormona cuando, una vez ingerido el alimento, comienza a aumentar el nivel de glucosa en la sangre. Mientras más glucemia (nivel de glucosa en la sangre) haya, más concentración de insulina habrá.
¿Cómo funciona la insulina?
Explicado en fácil, la insulina es la llave que permite abrir la puerta de la célula para que entre el azúcar y produzca la energía.
Cuando la glucosa entra en la célula, gracias al trabajo de la insulina, disminuye su concentración en la sangre y al no ser necesaria, el páncreas deja de liberar insulina.
> Si no hay insulina, la célula no puede utilizar ni la glucosa, ni los ácidos grasos, ni los aminoácidos.
> Sin insulina, se acumula el azúcar en la sangre.
¿Qué ocurre con los nutrientes dentro de la célula?
En el interior celular, los nutrientes, en especial la glucosa, «se combustionan o se queman» con la ayuda del oxígeno. Es en este proceso de combustión donde se produce la energía.
Si la célula no necesita la energía, almacena la glucosa en su interior para utilizarla cuando no pueda disponer de ella. Convengamos, eso si, que no todos los órganos pueden guardar la glucosa en su interior. Esta facultad está reservada sólo para el hígado y los músculos.
La glucosa excedente que no se quema, se convierte en ácidos grasos y se acumula en el tejido graso como reserva energética.
En resumen, la glucosa puede seguir 3 caminos:
1. Quemarse y transformarse en energía.
2. Almacenarse (en hígado y músculo).
3. Transformarse en grasa.
Cuando este proceso sufre de alteraciones, se desencadena la diabetes.
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Fuente: Diabetes sin miedo, aprender para no temer. Leon E. Litwak. Del Hospital Ediciones 2010.